30 junio 2008

La Melodía...

Sonaba de fondo la mejor sinfonía que el hombre pueda imaginar.
Las cuerdas anuncian en comienzo de la obra. Y el telón se abre a los sedientos espectadores.
La percusión agudizada por la potencia de numerosos violines y violas, entremezclados con las quejas de la carne y los interminables suspiros de tu boca. Sin lugar a dudas, se trataba del placer de la yuxtaposición de los cuerpos.

El sonar hipnótico de las cuerdas y flautas perturban sus oídos.
Y es en ese momento cuando comprendió exactamente lo que debía hacer.
Explotan todos los sonidos enmudeciendo el ambiente.

Poseído completamente clava los ojos directamente a los de esa presa. El juego termino por poseerlo. O el poseyó completamente al juego y lo moldeo a su placer. El cual ya no era compartido y solo era mezquino a uno de los dos.
Las manos regaladas al placer dominaron la acción y se entregaron integras a la pasión. Independientes y con vida propia, se clavaron como los colmillos de un león en una indefensa gacela, al compas del tambor que cada vez sonaba mas y mas y mas fuerte anunciando la tormenta ultra violenta que se avecinaba.
Un agudo sonido retoma el centro de la escena, e intenta la fuga par que sonaba de fondo. Pero solo es el ínterin de una agonía sofocante.
El maldito sado continuamente llega al límite, solo para soltar y volver a empezar. Solo espera que la repetitiva melodía termine para dar un paso más.

Silencio. Completo y absoluto.

Espasmos sonoros vuelven a inundar la oscuridad llena de pequeños reflectores pares opuestos a la acción.

Todo vuelve a empezar, de principio a fin y del fin hacia el principio. La melodía se torna macabra. Freses incoherentes.

Nuevamente silencio. Completo y absoluto. Rumores de voces femeninas que se asoman en un hermoso e hipnótico coral. Suben cada vez mas.

Y el soprano dominador se hace sentir por sobre todos los sonidos. Él anuncia lo que sería el comienzo del final.

Los cuerpos se funden en una amalgama rojiza con el rumor de una voz agonizante que se apaga. La escena tan grotesca y aberrante es totalmente deliciosa.
Desde mi lugar puedo sentir el aroma, no solo a sangre. Si no a mujer. Si no a hembra.

Los lobos aúllan de placer ante el sublime espectáculo junto al hermoso coral. Es cuando el silencio envuelve mis oídos.
Me miran, me indagan, puedo ver sus garras en mi garganta reflejándose en sus ojos negros como el sol. El silencio es paranoico. Lastima mis oídos.

Y vuelvo a mi.







Miro al espejo y no veo más que el rumor de un mal sueño en mis ojos. Pero el sabor estaba en mi boca, el olor en mi nariz y el resentimiento de mis oídos aun escuchando las cuerdas.






Una etiqueta negra me llama desde la mesa oriental...


6 comentarios:

Plumas dijo...

Excelente lo que leí y exceltne blog, uno de los mejores que vi.

Achurita dijo...

Qué buen texto.

Delicioso.

Unknown dijo...

Buen texto.
Gracias por tu comentario, que tengas un lindo miércoles.

Sally Bowles dijo...

hola!
Muy interesante tu blog, tu manera de escribir me gusta..gracias por pasar por el mio, hace bastante q no escribo en el ja

saludos!!

lulu dijo...

exelente
gracias por lo que me pusiste.
me gustaria hablar con vos por un tema del blog que no entiendo y queria saber si vos me lo podias explicar.
luu-._@hotmail.com mi mail
un besote

Sebastian Beringheli dijo...

Simplemente pasaba para perderme por unos instantes entre tus letras, y la verdad es que me he llevado más de lo que esperaba. Tal vez son demasiadas palabras para expresar algo simple: El escrito es maravilloso.

Un saludo...